La reelección de Palomeque

Jaque con Dama

Irma Ramírez Molina

Aunque públicamente no lo diga, no hay lugar a dónde vaya, dentro o fuera de Chiapas, que no diga que para diciembre próximo, cuando se le termina el “viaje todo pagado” de dirigente estatal del PAN, Carlos Alberto Palomeque Archila buscará la reelección en el Comité Directivo Estatal y con ello, lograr lo poco que destaca de su “liderazgo”: unir a todos los grupos representativos… en su contra.

Sabedor de que ha servido al poder, de que incluso ha permitido el “manoseo obsceno” de las determinaciones que le corresponden por estatuto en función de su envestidura, Palomeque se apresta a cobrar esos favores que en 2010 mandaron al PAN al último lugar del ranking electoral y lo sumieron en lo que podría ya considerarse, la peor dirigencia estatal de la que se tenga conocimiento.

Y claro, con ello, ingresar a los anales de la historia del PAN en Chiapas, como un dirigente tres veces utilizada para ocupar el mando estatal, aunque con ello, demuestre que ser líder y no serlo, sólo sirve para quienes no logran comprender que esos fueros personales, ha sido el PAN y no tanto el PRI –como lo criticó eternamente— quienes mejor han sabido ejercer su dictadura y sacarle el máximo provecho.

Y citando al primer panista de la nación: eso está por verse, porque ahora enfrentará no sólo a un delegado federal con aspiraciones más allá de sus posibilidades y con padrinazgos ficticios, sino a todos aquellos ofendidos que verán en esta oportunidad de competencia electoral interna, la posibilidad de echar a su “capitán” por la borda y quedarse con el timón para llevarlo en sentido contrario de lo que mandan las directrices estatales de un gobierno local que no compagina con la agenda federal, particularmente en el plano legislativo, que es dónde más adolecen compañía y fuerza real, efectiva, útil.

Pero nos veremos en Diciembre, cuando se renueve el Consejo Estatal y con ello, se de paso al cambio de la dirigencia. Por ello, hoy en día Palomeque está reviviendo no sólo muertos políticos, sino hasta aferrándose a lo más podrido de un PAN que no tiene visión de largo plazo y que se ha convertido en el feudo de una camarilla de políticos que se reciclan, se reutilizan y se presentan cada tres años como opciones novedosas, cuando simplemente son cartuchos quemados.

Y por eso no deberá espantarnos cuando veamos levantándole el brazo a Palomeque a una Vicky Rincón Carrillo y a un Paco Rojas Toledo flanqueando a su Frankenstein político, porque podrán ser “adversario políticos” en lo externo, pero en lo interno, son tan iguales que Dios los ha hecho y ellos, solitos, se han juntado.

Nuevo Diputado Panista

Aunque no fue una noticia destacada por los medios, es interesante leer en términos políticos la incorporación de Liev Vladimir Ramos Cárdenas, diputado federal plurinominal por Chiapas que recientemente pasó del partido Nueva Alianza a la fracción parlamentaria del PAN, en el Palacio Legislativo de San Lázaro.

Vladimir Ramos llega con la fuerza política personal que se construyó dentro de Nueva Alianza, en ciertos sectores de ese partido que integra a maestros, obreros, estudiantes y gente del campo, una fuerza política personal que le permite ser un interlocutor válido con quien tenga que ser, con una comunicación intacta con los mandos superior de ese partido de corte magisterial, pero sobre todo, con una interlocución que mucho podrá servir a su nuevo partido aquí en Chiapas, donde es preciso irlo viendo no sólo como una adhesión más, sino como el nuevo grupo político que pronto dará de qué hablar, no sólo para diciembre, sino para el relevo del 2012.

Pero eso también está por verse, porque tampoco le dejarán el camino libre al legislador, sobre todo ahora que comenzarán los relevos y se comenzarán a disputar las posiciones. Tendrá que ser muy hábil, políticamente hablando, para no inmiscuirse de más en los duelos de grupos, quedar en medio de una batalla estéril y eterna, cuando lo que requiere el PAN no sólo en Chiapas, sino en todo México, es despojarse de la altivez de ser quienes ganaron al Presidencia de la República en el 2006 y trabajar como antes lo hacían, cercanos a la gente, como si nada tuvieran y como fueron en su mejor momento. La pregunta es: ¿se acordarán como eran antes del 2000 o de plano ya los mareó el poder?.***