Irma Ramírez Molina/
Ciertamente los maestros de la CNTE saben que hoy que cumplen 100 días de paro de labores, están batiendo sus propios récords de manifestación: es el momento y es la hora del acuerdo, aquel que permita terminar con este triste episodio, liberar a los rehenes-estudiantes-padres y retomar el ciclo escolar con toda normalidad.
El gusto del maestro por decir que logró su objetivo de superar su propia marca de 100 días en plantón de aquel récord del 2013, es más que suficiente para entender que no saben ni cómo ponerse de pie y comenzar a regresar a sus aulas: hasta parece que se han comenzado a habituar a estar holgazaneando en la plaza central.
Los tiempos de la Coordinadora están en el borde de la confianza que ellos mismos dicen tener de la sociedad y de los padres de familia, a quienes han comenzado a enardecer con su cerrazón y su soberbia, porque la afectación pasa de ser una confrontación directa con la autoridad a ser un agravio directo a la sociedad del futuro sobre nuestros hijos y nuestros nietos.
Esta es la hora del acuerdo, donde encontrar la ruta que lleve de la distensión del conflicto a la solución de largo plazo y con ello, al retorno a las aulas, pasa como bien dijo el Secretario de Educación, Roberto Domínguez Castellanos, por bajarle intensidad a las posiciones de ambos bandos, de las partes en conflicto, tanto por el hecho de que una condicionante a estas alturas, resulta contraproducente en todo sentido.
Muchos entendimos que la ultima posición del Presidente Enrique Peña Nieto estaba en lo políticamente correcto, en una defensa firme del derecho a la educación que tenemos todos los mexicanos, pero pareciera que fue en mal momento, porque en los actuales tiempos clave, una palabra fuera de lugar descuadra todo, sobre todo el complejo fino del entendimiento que precede al acuerdo, momentos después de flexibilizar posturas.
Ya lo hemos dicho hasta el cansancio: todo esto pasa por una ruta Legislativa que está en ambas Cámaras, de Diputados y de Senadores, y que por más "capricho" que le metan los maestros al asunto de querer "doblegar" al Estado, está resultando demasiado caro y alto, el precio por mostrarse como un musculo social y político de cara al 2018.
Ya no importa mucho, la verdad, descubrir 100 días después, quién de ambos ganó, porque el desgaste ha sido demasiado profundo y ha puesto de relieve esa forma tan irracional de generar venganza contra el prójimo a través de sus hijos.
Los maestros saben muy bien que cada día de clases perdido significan un atrasado histórico de años, sobre un subdesarrollo chiapaneco de más de 500 años que nos tiene anclados al sótano del desarrollo.
Definitivamente no hemos sido una sociedad que haya logrado un ritmo de crecimiento sostenido que en un sexenio haya podido mover sus indicadores de desarrollo humano, porque se requieren sentar las bases de una estabilidad política y social que pasa, forzosa y necesariamente, por la educación, precisamente el tema que hace poco más de tres meses nos volvió a mostrar como una sociedad dividida y polarizada en castas y bandos.
BASE DE DATOS…-
Claro que no a todos les parece que este río revuelto sea necesariamente de pérdidas totales, porque también permite que otros encuentren escenarios para el negocio, la oportunidad política y la satisfacción de ambiciones desproporcionadas.
Como un justo reclamo social, debemos conocer en función de la Ley de Transparencia, las declaraciones de bienes de los líderes de la CNTE, porque pasadas estas tormentas es cuando muchos resultan mágicamente convertidos en millonarios; y esto no es política ficción, sino simple sentido común.***
Todo parece indicar que todo está definido a favor de Hugo Mauricio Pérez Anzueto para ser ungido en breve como el próximo líder estatal del PRI chiapaneco.
No hay, actualmente, un cuadro que le gané al interior del priismo chiapaneco, pues cualquiera de las opciones que se elijan para el proceso de elección del futuro líder, le salen sobrando al diputado local oriundo de la Sierra.***
Ciertamente los maestros de la CNTE saben que hoy que cumplen 100 días de paro de labores, están batiendo sus propios récords de manifestación: es el momento y es la hora del acuerdo, aquel que permita terminar con este triste episodio, liberar a los rehenes-estudiantes-padres y retomar el ciclo escolar con toda normalidad.
El gusto del maestro por decir que logró su objetivo de superar su propia marca de 100 días en plantón de aquel récord del 2013, es más que suficiente para entender que no saben ni cómo ponerse de pie y comenzar a regresar a sus aulas: hasta parece que se han comenzado a habituar a estar holgazaneando en la plaza central.
Los tiempos de la Coordinadora están en el borde de la confianza que ellos mismos dicen tener de la sociedad y de los padres de familia, a quienes han comenzado a enardecer con su cerrazón y su soberbia, porque la afectación pasa de ser una confrontación directa con la autoridad a ser un agravio directo a la sociedad del futuro sobre nuestros hijos y nuestros nietos.
Esta es la hora del acuerdo, donde encontrar la ruta que lleve de la distensión del conflicto a la solución de largo plazo y con ello, al retorno a las aulas, pasa como bien dijo el Secretario de Educación, Roberto Domínguez Castellanos, por bajarle intensidad a las posiciones de ambos bandos, de las partes en conflicto, tanto por el hecho de que una condicionante a estas alturas, resulta contraproducente en todo sentido.
Muchos entendimos que la ultima posición del Presidente Enrique Peña Nieto estaba en lo políticamente correcto, en una defensa firme del derecho a la educación que tenemos todos los mexicanos, pero pareciera que fue en mal momento, porque en los actuales tiempos clave, una palabra fuera de lugar descuadra todo, sobre todo el complejo fino del entendimiento que precede al acuerdo, momentos después de flexibilizar posturas.
Ya lo hemos dicho hasta el cansancio: todo esto pasa por una ruta Legislativa que está en ambas Cámaras, de Diputados y de Senadores, y que por más "capricho" que le metan los maestros al asunto de querer "doblegar" al Estado, está resultando demasiado caro y alto, el precio por mostrarse como un musculo social y político de cara al 2018.
Ya no importa mucho, la verdad, descubrir 100 días después, quién de ambos ganó, porque el desgaste ha sido demasiado profundo y ha puesto de relieve esa forma tan irracional de generar venganza contra el prójimo a través de sus hijos.
Los maestros saben muy bien que cada día de clases perdido significan un atrasado histórico de años, sobre un subdesarrollo chiapaneco de más de 500 años que nos tiene anclados al sótano del desarrollo.
Definitivamente no hemos sido una sociedad que haya logrado un ritmo de crecimiento sostenido que en un sexenio haya podido mover sus indicadores de desarrollo humano, porque se requieren sentar las bases de una estabilidad política y social que pasa, forzosa y necesariamente, por la educación, precisamente el tema que hace poco más de tres meses nos volvió a mostrar como una sociedad dividida y polarizada en castas y bandos.
BASE DE DATOS…-
Claro que no a todos les parece que este río revuelto sea necesariamente de pérdidas totales, porque también permite que otros encuentren escenarios para el negocio, la oportunidad política y la satisfacción de ambiciones desproporcionadas.
Como un justo reclamo social, debemos conocer en función de la Ley de Transparencia, las declaraciones de bienes de los líderes de la CNTE, porque pasadas estas tormentas es cuando muchos resultan mágicamente convertidos en millonarios; y esto no es política ficción, sino simple sentido común.***
Todo parece indicar que todo está definido a favor de Hugo Mauricio Pérez Anzueto para ser ungido en breve como el próximo líder estatal del PRI chiapaneco.
No hay, actualmente, un cuadro que le gané al interior del priismo chiapaneco, pues cualquiera de las opciones que se elijan para el proceso de elección del futuro líder, le salen sobrando al diputado local oriundo de la Sierra.***
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