Irma Ramírez Molina/
Como madre, el dolor más grande en este mundo dicen, es perder a un hijo, más si fue por culpa de otra persona, como pasó con los más de 32 niños que fallecieron en Comitán en aquel inolvidable diciembre del 2002, y en ese caso lo único que esperas es que se castigue al responsable.
Imagínese la rabia de estas madres, ahora que se enteraron que por ordenes del entonces gobernador, Pablo Salazar al procurador de justicia de esa época, Mariano Herrán, nunca se investigó las causas que provocaron la muerte de estos infantes ni de quien era la responsabilidad de esta negligencia.
Pero lo que es peor, que estos niños sufrieron las consecuencias de una decisión estúpida del entonces gobernador Pablo Salazar, de evitar se suministrara recurso alguno al hospital de Comitán, porque era tierra del exgobernador Roberto Albores Guillén.
Por ello, ordenó a Herrán Salvatti no profundizara en la investigación, como este último lo declara en su testimonio, y dar así carpetazo a cada una de las averiguaciones previas iniciadas por estos hechos.
Definitivamente esta acción no tiene nombre, que una revancha, por ponerle un nombre decente, provocó al final la muerte de niños que no tenían ni una culpa, pues el hospital no contaba con los especialistas necesarios para brinda la atención adecuada.
Incluso en el 2004 “la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió al Gobierno del Estado de Chiapas la recomendación 24/2004, que en su parte medular afirma que se detectaron múltiples irregularidades en el nosocomio, siendo las principales la falta de medicamentos, instrumental y equipos médicos en las áreas de Gineco-obstetricia y pediatría, lo que contribuyó a la deficiente atención médica”.
Definitivamente esta situación ahora sí se está llevando hasta las últimas consecuencias y no dude que bien merecido se lo tendrá el auto de formal prisión por esta acción a Salazar Mendiguchía, pues sencillamente su soberbia no tiene límites, ya que prefirió que esas madres se consumieran en su dolor al ver que no se hacía justicia, a llevar como debía ser esa investigación, pero claro, sabía perfectamente que quizá esa investigación concluyera en su persona.
Lamentablemente Herrán Salvatti no tuvo el valor en su momento de concluir esa investigación, caramba eran bebés que nada sabía de política, ni pleitos, ni rencores, infantes que tenían todo el derecho de vivir.
Ahora si, como dijo un día una madre de familia que sufrió los horrores de PSM, “Dios le de mucha vida para que tenga tiempo de reflexionar lo malo que ha hecho”.
BASE DE DATOS….-
El líder del PRI, quien la noche de este martes tomó posesión a la dirigencia estatal, Roberto Albores Gleason, se sumó al clamor de que se llegue hasta las últimas consecuencias en la muerte de los bebés en Comitán, porque se atentó contra lo más débil e indefenso.***
En la política chiapaneca hay de todo, jóvenes políticos y viejos jóvenes, algunos se han distinguido por su capacidad para realizar las cosas y otros por sus escándalos.
Uno de los jóvenes políticos es Juan Aquino, presidente de la Coordinación Política del Congreso del Estado, quien se ha distinguido por su forma de manejarse, siempre centrado y un no rotundo al escándalo por el momento.
En breve tiempo logró jugar en las ligas mayores, pero eso lejos de otra cosa, le ha permitido desarrollarse con cordura; ahora en su papel de líder del Congreso como se le conoce en la vox populi ese puesto, ha logrado sacar bien la chamba, pues si bien ha habido problemas estos han sido de las fracciones, es decir, cuestiones internas.
Incluso ha pasado a formar parte del Comité Directivo Estatal del PAN, como lo establece el estatuto de ese instituto político.
Pero además es un joven con experiencia, pues ha sido asesor asistente de diputados y senadores panistas, asesor de la Presidencia Nacional de su partido y como Director de Evaluación y Seguimiento en el staff de la Secretaría Particular del Presidencia de la República. No dude que su carrera no termina ahí.***
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