EN LA 4T, TAMPOCO 120820

 

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Irma Ramírez Molina/

Los estudiantes normalistas que han traído asolada a Chiapas durante los últimos 4 sexenios han encontrado el recoveco por el cual han confirmado que, en los tiempos de la Cuarta Transformación, tampoco les van a poner un alto a sus desmanes y desfiguros públicos.
Desde Ayotzinapa, estos grupos radicales, anarquistas, han tomado la fuerza inusitada que les ha permitido sobrevivir al margen de la legalidad del sistema educativo que los tolera y los cataloga como “estudiantes”, cuando no son más que viles delincuentes.
Hoy le tienen tomada la medida a la Secretaria de Educación, Rosa Aidé Domínguez Ochoa, una funcionaria de medio pelo que no toma decisiones en su oficina, que no se atreve a ordenar el cierre de la Escuela Normal Rural Mactumatzá por miedo a las represalias contra cualquiera de sus edificios, por enrarecer el ambiente público de cara a las elecciones.
Por ahí va a reventar la aparente normalidad en la que quiere navegar la 4T en el tema educativo chiapaneco: por un lado, los estudiantes normalistas le tienen tomada la medida a una funcionaria taimada y, por el otro, saben que polarizar y crispar los ánimos en Chiapas no genera más que andanadas de críticas, de malestar de todos los sectores, pero que de ahí no pasan, de simples regaños públicos y concesiones privadas.
Lo hemos escrito hasta el cansancio, es hora de quitarle el poder que la CNTE ejerce sobre la Cenech, la agrupación de normales en Chiapas que operan como brazo armado del movimiento magisterial y popular, tan olvidado de la educación y tan contaminado de ideologías políticas que lo han convertido en el Frankenstein moderno al que nadie se atreve a darle una salida definitiva.
En vísperas de cada proceso, Cenech vuelve a la carga, rompe la aparente normalidad en la que operan los gobiernos locales, destruye el anhelo de muchos a consolidar sus negocios, a que sus hijos por fin terminen un ciclo escolar completo, sin plantones, marchas y enfrentamientos.
Queda claro que, desde la Secretaria de Educación, la idea es darles atención, pilmama, pero no soluciones. Y si hay que sufrir las consecuencias de su movilización, ni modos, habrá que entrarle, antes ha pasado y ningún gobierno ha puesto los muertos, qué puede ser que se le den más concesiones, plazas, interinatos, comisiones y cientos y cientos de toneladas de dinero para que dejen en paz la gobernabilidad y permitan la simulación electoral del 2021.
Está claro, tampoco en la 4T les va a tocar control, orden ni solución, porque motivos para instauranles una carpeta de investigación a los “normalistas”, sobra motivos.