viernes, agosto 21, 2020

QUÉ DECEPCIÓN 190720

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Irma Ramírez Molina/

Convertida en una pieza clave del concepto de #Bienestar en el proyecto de la 4T, la chiapaneca María Luisa Albores González resultó una total decepción a la hora de hablar de otra cosa que no sea #SembrandoVida, el programa insignia del gobierno Lopezobradorista para el mundo rural.
Albores no sólo revuelve los conceptos (no tiene claridad estructural en sus ideas), sino que, además, cambia el tono de su discurso, como si le hablara a gente no tiene capacidad para entender sus dos o tres conceptos hilados y hasta adopta un papel "maternaloide" que sólo perpetúa lo que aspiran erradicar: el asistencialismo.
María Luisa Albores es la menos técnica del gabinete, dirige la mitad de su Secretaría (la otra mitad es de Javier May Rodríguez, compadre del presidente y verdadero líder de Sembrando Vida y cuando la sacan de su zona de confort, le pasa lo que le pasó en su última visita a Chiapas: no le salen más que incoherencias, rollos interminables de algo que aparenta saber y, está demostrado, no sabe.
Cuando se espera que asuma su papel experto, sale por la tangente del cuerpo como el primer territorio de defensa, muy al estilo de las luchas de organizaciones de donde proviene, pero que ya no le van en su actual empleo, una mezcla del feminismo que no entiende y del zapatismo más rancio.
Incapaz de organizar una respuesta coherente, de cifras oficiales organizadas (ya no decimos interpretadas) Maria Luisa Albores ya había demostrado el déficit profesional de su formación y que le restaría impulso a la Secretaría del Bienestar, en las conferencias vespertinas de los créditos.
Ahora que estuvo en Chiapas está semana que pasó, fue simplemente la confirmación del fiasco, porque no es capaz de conducirse por la ruta del tecnicismo que exige su posición, sino que prefiere evadirse con argumentos, discursos, rollos insustanciales, parapetos mentales, frases pre fabricadas que nos muestran que la política pública del bienestar no tiene la solidez, el alcance y los resultados que dicen tener.
Por eso Sembrando Vida es un éxito por sí mismo, por la forma en cómo lo concibió el propio Presidente durante 18 años de recorrer el país, no por el impulso de su titular, que no tiene mayor alcance y entendimiento del tema.

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