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Irma Ramírez Molina
Si las cosas salen como espera, Karla Burguete Torrestiana será la próxima Presidenta Municipal de Tuxtla Gutiérrez ahora que Carlos Morales Vázquez pida licencia al cargo en octubre próximo y se presente a la reelección para el siguiente periodo, una palestra que piensa usar de cara a la elección de gobernador en 2024.
La Síndica actual es garantía para Morales Vázquez de que las cosas se harán como él las ha establecido: manda, le tienen miedo cuando se pone en modo insoportable, es incondicional a su figura y su imagen, no le contraviene ni el saludo y ha dicho, públicamente, que es el líder que ella siempre imaginó.
Apenas esta semana que pasó, al alcalde capitalino salió del Covid, que no le hizo mayor efecto porque es un tipo atlético, que mantiene su disciplina deportiva a pesar de las crisis de la ciudad, que demandan que esté en todas, pero que se las toma con calma y distancia.
Regresó esta semana a la oficina ya con la decisión tomada: se va a reelegir, tanteará ese escenario, lo medirá al interior de Morena, de las fuerzas políticas aliadas y en la oficina principal donde se deben hacer estas preguntas existenciales de la política local.
Pero mientras, soltó a la indiciada: prepárate para ser interina durante, al menos, un año: de octubre 2020 a octubre 2021, cuando pasará a ser nuevamente funcionaria, porque no podría regresar a su posición de Síndica Municipal, precisamente porque ya no iría en la siguiente planilla, sino que se quedaría a cuidar el nido.
A Burguete Torrestiana el propio Carlos Morales le ha ido preparando el escenario para salir de la alcaldía y disputarse el voto frente a Willy Ochoa por el PRI-PVEM, frente a Marcelo Toledo dentro de Morena y a Paco Rojas por el BOA, más lo que se junten de aquí a marzo 2021, cuando comience el pleito electoral en regla, en forma y en tiempo.
Burguete Torrestiana garantiza para Carlos Morles control del gabinete, certeza de que las cosas no se descompondrán en ambiciones políticas particulares y que, cohesionados, podrán sacar los votos que requieren para consolidar el proyecto de Tuxtla Gutiérrez, además de que todos los “amarres” que logre en el proceso, podrá cubrirlos desde el gobierno municipal, con su palabra manifiesta en la próxima alcaldesa.
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