Irma Ramírez Molina/
El sitio donde se precisa la construcción de consensos, donde debe prevalecer la prudencia, la experiencia política puesta al servicio del bien superior, está hoy en buenas manos con Marcelo Toledo Cruz.
No es una simple observación de análisis político, ni la afrenta de decir que no hay mejores perfiles, porque entonces se estaría haciendo lo mismo de siempre y este momento político precisa de una visión mayor.
Y es que ha sido la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado el espacio para el acuerdo en este primer año de la Cuarta Transformación en marcha, y ha sido, por los oficios políticos de Marcelo Toledo, quien hay que reconocer ha sacado adelante el barco tomando en cuenta que es un político “nuevo”, pero ha podido salir al paso de la que pudieran haberse convertido en crisis políticas: la Legislatura actual precisaba de ser equilibrio con el Ejecutivo, al interior mismo y frente a la expectativa de representar a los chiapanecos.
Y esa ha sido la tónica de los últimos meses con Toledo Cruz al frente de centro neurálgico del Legislativo, respetando los espacios de representación de todas las fuerzas políticas, con las mujeres ejerciendo el poder otorgado por sus electores y sus fuerzas políticas, conduciendo una representación popular con bajo perfil, pero alta capacidad de solución.
Y así se llega a este momento donde se discute la posibilidad de repetir al frente de la Jucopo que, al haber realizado un buen trabajo en este primer año legislativo, le da para quedarse en el mismo puesto con el apoyo de las demás fracciones legislativas, respetuoso de la democracia.
LA CRISIS CHAMULA
San Juan Chamula siempre ha sido un municipio con fuerte presencia política en el ámbito estatal, han prevalecido por décadas en el círculo del primer nivel, si bien por su condición de centro del poder político en el PRI o por su presencia cosmogónica en el espectro electoral: para todos representa un atractivo vestir el chuc tradicional, recibir bastones de mando, participar en un ceremonial indígena.
Pero nadie quiere estar cuando se arman los disparos, los asesinatos en plazas públicas los domingos por las mañanas, cuando una turba enardecida asesina a su cabildo a punta de garrotazos.
Esa crisis en San Juan Chamula es la que viene, no la que se está viendo, subiendo de tono, pretendiendo canjear rehenes unos por otros.
La acción de la justicia está bien, pero a la par debe existir un cabildeo político del primer nivel que respalde esas acciones, con suficiente ascendencia en ambos lados, para poder resolver y controlar la situación.
Nadie tiene el control político total de San Juan Chamula y lo cierto es que le dieron el primer garrotazo a una situación interna sobre la cual tampoco tenían información suficiente y ahora, lo que inicialmente fue una solución política de primer nivel, es el principio de una guerra de ojo por ojo, con el total irrespeto a la autoridad estatal, quien, por supuesto, se nota, es evidente, no hizo todos los cálculos posibles sobre el tema.
Y la opinión pública espera más actos de autoridad, ahí está el respaldo político que necesita la autoridad para seguir la línea de la aplicación irrestricta del estado de derecho, pero para ser sinceros y en aras de la verdad que muy pocos quieren escuchar: los indígenas chamulas no van a ceder a simples pretensiones de diálogo, a simples acuerdos en otra minuta más, sobre las cientos y miles que ya han firmado: se siente y están seguros que volver a Juan Shilón un mártir de su movimiento es la ruta siguiente.
La pregunta es, es de este lado de la ecuación, ¿están dispuestos a llevarlo hasta sus últimas consecuencias, sabedores que sólo los enardecerán y encenderán más el fuego de la venganza y la vendetta?.
La crisis Chamula puede ser el estigma negativo de la 4T, pero pocos lo creen posible, los que empujan hacia el conflicto, los malquerientes de Palacio de Gobierno, emisarios del pasado.
BASE DE DATOS…
Está claro para la CNTE y para el Gobierno del Estado: una cosa fue firmar ante el Presidente Andrés Manuel López Obrador los acuerdos marco de entendimiento y paz y, otra, la instrumentalización de esa referencia en el detalle, en la minucia, donde no les concederán nada, donde la autoridad reclama la injerencia del sindicato y el magisterio insiste en su derecho adquirido durante más 40 años, de marchas y plantones, a decidir sobre la política educativa de un estado anclado al atraso.
Ahí, en ese sótano de las negociaciones, donde no les queda más a Rosa Aidé Domínguez Ochoa y a Pedro Gómez Bámaca, que verse las caras, pelarse los dientes y decirse de frente todo aquello que, en público, a la luz del día, se reservan, es donde están sucediendo las verdaderas transformaciones del sector.
Lo que llegan sólo son los tufos de los azufres que van quemando en cada tema, punto por punto, donde pierde uno y otro, pero no se atreven a decir nada, hasta no terminarlo.
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