Irma Ramírez Molina/
Sólo faltaba la cereza en el pastel y este martes los maestros la pusieron, hicieron lo único que les faltaba, destrozar edificios, pintarlos, esas acciones que únicamente lo hacían los llamados grupos beligerantes, los campesinos, los indígenas, los que supuestamente no tienen educación.
Como era de esperar, como dice el dicho, tirada la piedra y escondida la mano, porque de inmediato culparon a presuntos infiltrados, cuando se supone que es una de las organizaciones que no permite que marchen con ellos quienes no son del sindicato de maestros.
Pero más allá de los destrozos que realizaron al inmueble del Congreso del Estado, por la causa que mejor les parezca, donde la autoridad tendrá que investigar y fincar responsabilidad a quien corresponda, sigo preguntando, ¿a estos maestros de verdad les importa la educación de los niños?.
Todo parece indicar que lo que menos les importa es eso, porque están más preocupados por sus intereses personales, y si hay que dejar sin el ciclo escolar a los niños, así será, total, buena parte de los maestros tienen a sus hijos en escuelas particulares.
Nadie está en contra en que se manifiesten, sin agredir a terceros, pero el punto aquí es que están haciéndolo, porque están dejando sin educación a los niños.
Como dice el dicho, cuando los elefantes se pelean, el pasto es el más amolado y eso exactamente está sucediendo, porque por muy molestos que estén contra las reformas, no se vale que dejen sin clase a los pequeños y sobre todo que destruyan edificios.
Ellos mismos dicen que la educación se da con el ejemplo?, si bien es cierto están “enseñando” a defender sus derechos, pero no es con violencia como se logran las cosas.
Ojalá los maestros tomen conciencian de que están afectando severamente a los niños y si de verdad quieren que estas generaciones sepan defenderse, luchar por lo que consideran justo, debe ser precisamente teniendo buena educación y eso sólo se logra recibiendo clases.
BASE DE DATOS…-
Una de las peores formas de injusticia social es la incertidumbre jurídica en la posesión de la tierra.
Miles de familias campesinas han vivido así por años, sin la seguridad de tener un palmo de tierra a la que han trabajado tradicionalmente.
Ahora, el gobernador Manuel Velasco Coello ha dedicado gran parte de su tiempo a dotar de certeza jurídica a miles de familias de Chiapas.
A la fecha, en poco más de un año, han sido entregados ocho mil 250 certificados de propiedad en beneficio de más de 96 ejidos pertenecientes a 38 municipios.
Es la validez patrimonial que por décadas esperaban las familias chiapanecas, por ello en virtud de un acuerdo con el Registro Agrario nacional, se entregó tres mil 600 certificados que benefician directamente a mil 400 familias de las comunidades de Las Margaritas, La Trinitaria, La Independencia y Maravilla Tenejapa, donde ya cuentan con la certeza jurídica en la propiedad de la tierra.
Esto es particularmente importante porque permite a los productores acceder a los programas de los tres órdenes de gobierno, diseñados para aumentar la producción en el agro, a la vez que eleva la calidad de vida y bienestar de los beneficiarios.
La certeza en la propiedad de la tierra, por otra parte, es la manera legal de heredarla a las siguientes generaciones, es el arraigo que los mantendrá como productores de calidad y el abatimiento del rezago, está en consonancia con la Cruzada nacional Contra el Hambre, emprendida desde Chiapas por el presidente Enrique Peña Nieto.
La entrega de certificados de propiedad es un paso importante en la certidumbre jurídica de miles de familias chiapanecas, la mayoría pertenecientes a las etnias originales de Chiapas.***
Los perredistas intentaron reunirse este martes para dar una conferencia de prensa, y luego de una hora de espera de parte de los reporteros, salieron la gran idea de que pedirán que en el próximo proceso electoral, se incluya en las planillas de votación la pregunta si se está o no de acuerdo con la Reforma Energética.
Aunque primero dijeron que se atrasaban por que el aspirante a la dirigencia del PRD, César Espinosa Morales, esperaba un documento, pero luego este salió sin decir adiós y dejó a los demás para que hablaron de un tema distinto al que habían convocado.***
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